El 29 de septiembre se celebran las fiestas mayores de Fuentes de Ebro. Ese día el santoral cristiano celebra a San Miguel, además de a otros ángeles y arcángeles de la corte celestial.
Seguramente, la mayoría de los vecinos de Fuentes de Ebro, vivirán la fiesta con entusiasmo y conscientes de que es su FIESTA, no la de los pueblos vecinos, aunque serán bienvenidos si deciden participar en ella. En definitiva es una de sus señas de identidad. ¿Y por qué para San Miguel? Algunos, quizás los que se manifiesten como menos religiosos dirán, que porque es cuando acaba el verano y llega el otoño, el 29 está a un paso del inicio del equinocio de otoño. Otros seguirán rogando a San Miguel y agradeciéndole su tutela y protección.
Redolada no pretende sentar catedra, pero si al menos compartir alguna información etnológica sobre esta fiesta y su santo patrón.
Al parecer, Fuentes de Ebro celebra esta fiesta con dicha advocación, desde el siglo VII y es desde esa época, desde la que la tradición nos cuenta que por San Miguel se celebraban los mercados más concurridos. A finales de septiembre: había acabado la recolección, las eras habían vuelto a su silencio habitual, y en las huertas -salvo el riego- no había trabajo importante que hacer. Septiembre se sentía como final de un año. Había comenzado con las fiestas de la Virgen y acababa con los mercados de San Miguel.
Como en la mayoría de los pueblos, este año agrícola venía marcado por el santoral, que estaba en la base de muchos refranes del campo.
"Para San Miguel, los higos son miel". El santoral, desde la edad media, era una manera de jalonar el año agrícola, de ir pasando las hojas del calendario. Pero debajo de él estaban los días y las noches, las nieves y los hielos, los periodos secos y las temporadas de lluvias.
La vida agrícola, ganadera y festiva de todos los pueblos giraba en torno al santoral. Los santos y las celebraciones festivas, desde el medievo, han sido referencia para los trabajos del campo, las labores del hogar y la ganadería.
El arcángel San Miguel, cuyo nombre en hebreo es Michael, es nombrado hasta en cinco parajes de la Biblia.
San Miguel es el arcángel defensor de la iglesia, el conductor de los muertos y el que habrá de pesar las almas el día del juicio final. Además esta considerado un santo caballeresco y militar, al estilo de San Jorge, aunque el arcángel asume, además el papel de centinela, lo cual explica que sus santuarios estén colocados en la cumbre de un monte, o que su imagen sea frecuentemente venerada en hornacinas dispuestas en puntos elevados de las iglesias. Sus armas son la lanza, la espada llameante y el escudo
Por San Miguel se cambiaban los pastores y los mozos que trabajaban para algún amo, si no les interesaba seguir con el anterior. En San Miguel se pagaban las rentas de las tierras, a los dueños y en otros tiempos los diezmos a la iglesia. La vida pastoril, está muy relacionada con esta fecha. Los ganados se bajaban de los puertos de montaña a los valles e incluso daba comienzo la trashumancia.
Desde el punto de vista histórico a San Miguel se le relaciona con la Orden del Temple.
Hoy la fiesta, seguro que sigue siendo un poco de todo, tradición, devoción, alegría desbordante, ganas de celebrarlo en comunidad y hasta cierto desenfreno.
"Viva las Fiestas" Que al día siguiente de las mismas, quede la esperanza de que ya sólo falta un año para volverlas a celebrar.