

A unos pasos de nuestro instituto tenemos El Taller Artesano de Alfonso Soro, que junto a su hermano, continúan la apasionante tarea de sus antepasados, van por la cuarta generación, de transformar la arcilla en hermosas creaciones. Son muchas las cosas que hacen, las técnicas que dominan e infinitas las posibilidades de crear útiles y objetos a partir de materiales tan básicos como el barro y el fuego.
Redolada ha descubierto en su taller una lección viva de historia. Entrar en su taller nos ha permitido trasladarnos en el tiempo y llegar, como por arte de magia a un antiquísimo alfar íbero y gozar de piezas recién hechas, propias de artesanos de hace más de 2500 años, “La cultura Íbera”, la cultura de las gentes que habitaron estos territorios ante de la llegada de los romanos.


Pero como si de una máquina del tiempo se tratara, en otro rincón se nos han hecho presentes piezas que utilizaron los habitantes de Celsa Lépida, los de La Cabañeta o los de la misma Caesar Augusta y que venían desde Italia por aguas del Ebro, la llamada “Terra Sigilata”, junto a otras de factura local, también de época romana.


Cerámica íbera, romana, pero también piezas de factura islámica, como la que los habitantes del Albarracín musulmán fabricaron, allá por el siglo Xi de nuestra era.

Nos consta que en esta tarea de reproducciones arqueológicas, confluyen esfuerzos compartidos con otros ceramistas aragoneses, como Javier Fanlo, que junto a su amor por el arte de la cerámica está también su pasión por la historia y la arqueología. Con esta tarea consiguen devolver al presente modelos y técnicas perdidas, para que las podamos disfrutar de nuevo.

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